CUERNAVACA, MOR.- Tras la determinación de propietarios de bares y centros nocturnos de esta ciudad de cerrar sus negociaciones todo el fin de semana, debido al ataque armado que sufrió uno de ellos la madrugada de este viernes, donde murió una jóvenes y resultaron heridas más de diez personas, las calles de la ciudad –principalmente las zonas comerciales- se encuentran totalmente oscuras y desiertas.
Durante un recorrido realizado por MILENIO, las zonas donde habitualmente está lleno de gente en espera de ingresar a alguno de los centros nocturnos, la noche de este lunes se encuentran particularmente desiertas, incluso, como si se tratara de latas horas de la madrugada.
La ausencia de negociaciones abiertas y la falta de gente en la calle, recuerda a aquella tarde y noche del 16 de abril de 2010, cuando un correo electrónico viral, obligó a propietarios, clientes y ciudadanos en general a no abrir sus negociaciones por la noche, y cerrar otros antes de las seis de la tarde. La gente se apresuró a salir de sus trabajo y llegar a su casa. Era un sábado.
A ese día se lo conoce como “El Toque de Queda”, cuando supuestamente las células criminales se enfrentarían en las calles, saldrían a buscar a sus rivales, por lo que pedían que “gente inocente” no estuviera en las calles para no ser confundidos.
La determinación de los bares y centros nocturnos de Cuernavaca se cerrar este fin de semana su exposición al publico, derivó de los hechos de violencia sucedidos la madrugada de este viernes en el bar Sophia, donde unos cuatro individuos armados se introdujeron y abrieron fuego contra los asistentes.
Luego del ataque, autoridades policiacas y militares realizaron un operativo para detener a los culpables quienes habrían huido en dos vehículos, uno de ellos un Sean León color blanco, sin embargo, no pudieron ser atrapados.
Los gerentes y propietarios de bares y centros nocturnos, muchos de ellos bajo amenaza de células criminales para el “pago de piso”, informaron mediante comunicados que decidieron realizar dicha acción, primero como una muestra de solidaridad con las víctimas y su familia, y también cómo una forma de protesta para que las autoridades se decidan a actuar contra el crimen organizado y la violencia.